Lo que no se ve
Después de cualquier encuentro de los que organizamos, siempre comentamos a cuántos participantes hemos visto,… cuantas gafas hemos hecho,… lo bien que lo hemos pasado,… y todas esas cosas que nos hacen sentir bien. En fin todo lo que se aprecia desde la barrera, todo lo que se ve. Pues bien, yo quiero ahora contaros lo que no se ve, lo que si no os cuento ahora nunca sabréis, y no quiero que se quede sólo en mi cabeza.
Lo que no se ve es que Ana y Fran, (amigos míos desde hace tanto que no recuerdo ya cuándo los conocí), o Fran y Ana, porque como van en “pack” no se pueden separar, se pasan horas y horas delante del ordenador o colgados del teléfono, para que todo funcione como si fuese así desde siempre. Los más antiguos sabemos cómo era en los comienzos.
Lo que no se ve es que Esther y Karina son las voces que “desparraman” las virtudes de “Abre sus Ojos” cuando por motivos de trabajo se desplazan por España vendiendo sus productos y los nuestros.
Lo que no se ve es cómo Yolanda y Jesús desde la Universidad inculcan a los nuevos optometristas los valores de solidaridad e integración de los que presumimos desde nuestra Asociación.
Lo que no se ve es como Pilar, (no he conocido nunca a ninguna persona más involucrada en labores sociales y solidarias), pone a nuestros servicio todos sus conocimientos y contactos para mejorar cada año nuestros eventos. Sólo hay que echar la vista atrás y recordar los primeros eventos, con los pioneros en la organización como Alberto Paternina, (aquel León incansable), para ver cómo hemos evolucionado. Gracias Pilar.
Lo que no se ve es que Ernesto, en cada frase que pronuncia, siempre se le escapa algo de “Abre sus Ojos”. En cada curso que organiza, a cada Director General que visita, a cada farmacéutico que conoce, a sus amigos,… les introduce el “chip ASO”, como en hibernación, hasta que un día necesita descongelarlo y ¡zas!, se activa, y tenemos, como por arte de magia, justo lo que necesitábamos. (Un tipo genial, y además organiza unas fiestas de cumpleaños de calidad superior).
Lo que no se ve es que Javier, pasa sin hacer ruido, con su sonrisilla de siempre, imborrable, pide 350 lentes y las monta en las gafas que hemos hecho, en 2 ó 3 horas, como sin querer. Pone a trabajar a su plantilla del taller TDSO para que “los de Abre sus Ojos” podamos contar que en tal evento hemos prescrito y regalado no sé cuántas gafas. Y por si fuera poco nos hizo un almacén dentro de su taller, para guardar todo el material empleado en los eventos.
Lo que no se ve es la paciencia de la que Isabel hace gala cada vez que, a horas intempestivas, quedamos en su óptica, en Chamberí, (barrio castizo como ella misma,… sonrisa luminosa,… la mujer tranquila), para reunirnos y preparar los eventos.
Lo que no se ve es cómo me anima cada día mi hermano José Luís con sus rimas inventadas, a las 9 en punto de cada mañana. El hombre de los cien mil cursos, (se apunta a un bombardeo), el que dice que no sabe nada, y lo que no sabe es que si nosotros supiésemos la mitad que él de sentimientos, el mundo sería radicalmente distinto. Te quiero.
Los que tienen la suerte de conocerle saben lo que es “Abre sus Ojos”, que se lo pregunten a los del curso que está haciendo ahora en Barcelona, por ejemplo. Lo que no se ve es que Merche hace “encaje de bolillos” para poder estar con nosotros en las reuniones y en los eventos. Como muchos de vosotros, no puede renunciar a “Abre sus Ojos” a pesar de todo.
Lo que no se ve es que Paz ha hecho partícipes de nuestro proyecto a sus compañeras de trabajo, y que se pasan las noches anteriores a los eventos, en el Hospital de Guadalajara, recortando cartulinas y haciendo colgadores para los participantes.
Lo que no se ve es el cariño y la dedicación que estas personas transmiten y ponen en la elaboración de los proyectos de “Abre sus Ojos”, por eso he creído conveniente que lo sepáis.
Gracias a ellos y a vosotros es un orgullo para mí ser voluntario de esta Asociación.
Antonio C. García Ruiz